pulseras de silicona personalizadas

Por qué las pulseras de silicona se han convertido en el arma secreta de todo comercializador inteligente

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No todo lo que marca la diferencia y se queda en la cabeza de nuestro público tiene que ser caro o difícil de conseguir. Es más, quizá nunca lo has pensado así, pero algunos de los elementos que mejor funcionan en una estrategia de branding caben en la palma de la mano, como ocurre con las pulseras de silicona personalizadas.

No todo lo que marca la diferencia y se queda en la cabeza de nuestro público tiene que ser caro o difícil de conseguir. Es más, quizá nunca lo has pensado así, pero algunos de los elementos que mejor funcionan en una estrategia de branding caben en la palma de la mano, como ocurre con las pulseras de silicona personalizadas.

En los últimos años, hemos visto cómo se han ganado un (merecido) hueco entre las herramientas de marketing más eficientes, porque son baratas, versátiles y tienen un potencial que muchas veces pasamos por alto. Viene de maravilla para marcas pequeñas o que tienen un presupuesto ajustado, pero saben lo importante que es invertir en marketing.

Las pulseras personalizadas son el mejor ejemplo del marketing tangible

Hay muchas formas de hacer marketing, miles de ideas y la sensación de que ya está todo inventado (y dicho). Y frente a lo digital y a todos los estímulos que nos rodean, los objetos físicos siguen estando a la orden del día. De hecho, son una buena manera de mantener la marca presente en el día a día. Las puede llevar cualquier persona, son cómodas y ayudan a reforzar una identidad.

Además, ‘esconden’ un truco que muchas acciones online no consiguen, y es crear un vínculo directo con quien la lleva. Sobre todo, si la pulsera de silicona está personalizada con algún mensaje, alguna causa social e incluso un hashtag para utilizar en redes sociales. Y tampoco es la primera vez que vemos pulseras muy bien diseñadas que son capaces de generar conversación.

Son perfectas para utilizar en ferias, campañas solidarias, promociones, retos, comunidades… Y funcionan muy bien en todos estos espacios. No las concibas como un regalo sin más o como un mero trámite por el que tienes que pasar, porque son una forma más de contar historias en las que el público también participa.

Una visibilidad ‘silenciosa’ y constante a la vez

Muchas veces, cometemos el error de pensar que una buena campaña de marketing tiene que hacer ruido o aparecer en todas partes. Pero no, la clave pasa por estar presente, y las pulseras de silicona personalizadas lo consiguen. No son los típicos objetos promocionales que terminan guardados en un cajón, porque normalmente quien tiene una pulsera de estas, la lleva en la muñeca durante un buen periodo de tiempo. Por eso tienen una relación coste-beneficio tan alta. Por ejemplo, puedes añadir:

  • El logo de tu marca.
  • Un lema potente.
  • Una frase o un mensaje inspirador o motivador.
  • Elementos como un QR o un hashtag de redes sociales para generar interacciones.

Las pulseras personalizadas de silicona también funcionan muy bien como identificadores en eventos, puntos de venta o acciones promocionales. Con un simple vistazo puedes saber si alguien pertenece a un grupo u otro, si puede acceder a una zona en concreto o si forma parte del equipo.

El potencial está en el diseño (y en los detalles)

Además del color o el mensaje, también puedes elegir impresión en tinta, relieve, efecto brillo, tintas UV o modelos perforados. Todo dependerá del tipo de campaña y del público al que te dirijas. Por ejemplo:

  • Si buscas impacto inmediato, elige colores llamativos y frases cortas que se entiendan de un vistazo.
  • Para acciones más discretas, lo mejor son los diseños sobrios o minimalistas, pero siempre con coherencia de marca.
  • En campañas sociales o deportivas, los mensajes inspiradores, hashtags o nombres de equipo funcionan muy bien.

No necesitas un gran presupuesto ni una producción demasiado elaborada. Tan sencillo como saber qué quieres comunicar y cómo quieres que tu público te recuerde.

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