La crisis sanitaria, que ha azotado el mundo a nivel global y en especial nuestro país, dejó gran cantidad de productos agrícolas como remanente. Los propios agricultores tuvieron que tomar como recurso herramientas para la venta de sus productos mediante el comercio electrónico. La agricultura se modernizó y conquistó el ecommerce, se comenzaron a comercializar gran cantidad de género, desde hortalizas hasta fruta de temporada. Al principio el uso de esta herramienta solo era empleado por algunos componentes del sector, pero la situación concienció al consumidor poniendo en auge los productos locales y la marca España.
Otra de las estrategias utilizada por el gremio fue el comercio de proximidad, comunicándole e inculcándole al consumidor que estos productos eran cercanos y próximos, productos locales y con la marca España. Un ejemplo de ello fue la fundación de Mercaproximidade, un modelo de negocio en el cual los productores agro-ganaderos de la Comunidad de Galicia contaban con la posibilidad de ponerse en contacto con las principales cadenas de supermercados del territorio para vender sus productos. Género que se ponía a la venta en establecimientos con el aliciente de “elementos de proximidad”. Según el diario La Voz de Galicia los integrantes lo califican de éxito total.
El comportamiento del consumidor y sus tendencias durante la pandemia
En situaciones complicadas es habitual que se opte por lo cercano en contraposición de lo más distante. En concreto, en la crisis del Covid-19, aparte de que las circunstancias han desencadenado una compleja distribución de los productos más lejanos, los consumidores han desarrollado modelos de consumo que les proporcionan un claro bienestar emocional. Se han centrado en lo que les aporta comodidad, decantándose por lo conocido y lo que produce añoranza.
Esto nos ha conducido a adquirir productos que vinculamos con la infancia, como por ejemplo algunos elementos snacks o la comida rápida o basura. Por otra parte, también se pone de manifiesto lo relacionado con recuerdos específicos de la infancia, como puede ser todo lo referido a las abuelas. Como podemos comprobar, todas las decisiones de compra han ido centrándose en un consumo en el que prima lo emocional y de esta manera los productos locales y la marca España juegan un papel fundamental, relevante y cargado de influencia. Muchos investigadores de mercado afirman que la situación ha promovido una tendencia de consumo que se inclina hacia el comercio local y los productos de proximidad.
El auge del “localismo”, según Kantar
Según un estudio de Kantar, la pandemia del Covid-19 ha supuesto un cambio de conducta en el consumo, que ha tendido más a elegir los productos locales. Llegando así al termino “localismo”, de este modo se está favoreciendo la adquisición de este tipo de productos frente a los forasteros por parte de los consumidores. En torno al 65% de los consumidores opta por obtener productos fabricados y elaborados en nuestro país y, de este modo, incentivar la marca España (con el turismo nacional se quiere promover algo similar).
Esta tendencia podrá ser, a la vez que con el auge del comercio electrónico y la búsqueda de la combinación perfecta entre precio y calidad de un producto concreto, fundamental en el hábito de consumo tras la crisis sanitaria que estamos atravesando. Este localismo nos definirá qué y cómo adquirimos los productos una vez superada la crisis.
Sentimiento de protección de los productos locales
Esta inclinación se ha experimentado de manera global, pero se ha manifestado de una manera más contundente en los países que más impacto en contagios y muerte han sufrido con el coronavirus. Como es el caso de España. El 42% de los consumidores afirma que se fija más en la procedencia de los productos que adquieren,según reflejan los datos de Kantar, siendo los productos locales y la marca España los preferidos.
Podemos destacar datos de distintos países que nos hacen ver esta tendencia: el 87% de los consumidores chinos, el 81% de los italianos, el 76% de los surcoreanos y el 73% de los españoles corroboran que experimentan un sentimiento más grande de proteger y, en definitiva, adquirir los productos locales.
Además, podemos añadir que existe cierto recelo a la adquisición de productos procedentes de otros países, particularmente de algunos en concreto. En este sentido, el 60% de los consumidores afirma que tiende a comprar menos productos de China y el 47% procedentes de los Estados Unidos.
Por lo que podemos concluir que una vez la situación se normalice, el consumidor se inclinará por productos que provengan de lugares cercanos.
Profesional en Dirección de Marketing y Gestión Comercial en EAE Business School y Universidad Rey Juan Carlos, especializado en Neuromarketing y AGILE Project Management, Graduado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Córdoba. Consultor de Reputación Corporativa y Liderazgo en Villafañe & Asociados Consultores y Redactor del apartado «Actualidad» de la revista digital Marketing Insider Review.