El artista Andrei Molodkin (Rusia, 1966) ha creado una réplica de la copa del Mundial con petróleo traído desde Qatar sustituyendo el oro «para denunciar la corrupción tras la elección del país árabe como sede del Mundial de Fútbol 2022». La obra, titulada La copa más sucia, es una reproducción exacta del trofeo diseñado en 1971 por el escultor italiano Silvio Gazzaniga.
Según informa la revista Líbero (Jungle21) en una nota de prensa enviada a los medios hoy lunes 14 de noviembre de 2022, Molodkin, que reside en Francia desde hace dos décadas, ha denunciado que «la Copa del Mundo es icono de una victoria vacía. Porque la única victoria que entienden las petrocracias es la de la sangre y el petróleo’.
La obra ha sido elaborada en el taller de Molodkin en Maubourget (Francia) donde Líbero ha rodado y fotografiado el proceso de fabricación. La Copa más sucia está elaborada con cristal acrílico, cera y petróleo procedente de Qatar, certificado por el Institut Français du Pétrole con el que colabora el artista.
La obra se podrá visitar en La Galería Nueva (Calle de San Agustín 14) los días 14 de noviembre de 17:00 a 21:00 horas y 15 de noviembre de 11:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 21:00 horas, según concreta el comunicado de prensa. Amplíe información sobre la revista leyendo después esta noticia sobre la creación de la agencia especializada en fútbol Libero Creative Club tras su adquisición por el ecosistema Jungle21.
Encargo de La Copa más sucia tras la detención de ejecutivos de la FIFA
Este reproducción del trofeo, continúa el comunicado de prensa, llega después de que el artista aceptara el reto de la revista Líbero «de crear una obra de arte que denunciase el secuestro del Mundial por parte de los poderes del petróleo a través sobornos a sus dirigentes, según reveló el FBI en 2015 durante una investigación que se saldó con la detención de la mayor parte de los 24 ejecutivos de la FIFA que eligieron a Rusia y a Qatar en 2010 para los Mundiales de 2018 y 2022».
La investigación, liderada por la Fiscal General de EEUU Loretta Lynch, detalló que el pago de sobornos fue de 150 millones de dólares (145 millones de euros). Y ese es el precio simbólico que Molodkin ha puesto a su nueva obra y el importe al que saldrá a la venta en la plataforma de arte online Apolitical, según explica la revista Libero.
De hecho, la escultura es la portada de la próxima edición de la revista Líbero «dedicada a los Mundiales más sucios de la historia». La nueva edición, disponible en kioskos y en revistalibero.com desde el 14 de noviembre, analizará con reportajes y entrevistas «las principales polémicas de las elecciones de sede por parte de la FIFA a lo largo de la historia».
«Creo que la FIFA ha sido durante años una organización oficial mafiosa y criminal que utiliza el fútbol como herramienta para limpiar su corrupción. Todos los iconos y símbolos han sido creados como instrumentos para manipular a la gente. Así que se me ocurrió rellenar el trofeo con el único ingrediente que le representa: crudo de Qatar”.
Andrei Molodkin
Quién es Andrei Molodkin
El polémico artista Andrei Molodkin, que actualmente vive en una fundición en Maubourguet (Francia) que funciona como taller, es reconocido «por su obra crítica contra el capitalismo a través de instalaciones conceptuales de técnica mixta y el uso de petróleo en sus obras, ‘la carne y la sangre de la economía occidental’, según sus palabras, y ha expuesto en museos como la Tate Modern de Londres».
Desde el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania en febrero de 2022, Molodkin «se ha convertido en una de las voces disidentes más destacadas contra Rusia en el ámbito cultural». De hecho, como añade la nota de la revista, «una de sus últimas intervenciones fue exponer un retrato del presidente ruso Vladimir Putin relleno con sangre donada por ucranianos en una iglesia en el centro de Londres».
«Por su trayectoria era el candidato ideal para aceptar el reto de crear una obra que simbolizase el triunfo del negocio por encima del fútbol de este Mundial de Qatar. ‘Andrei ha conseguido simbolizar a la perfección cómo el poder económico de los países con petróleo y gas son capaces de comprar cualquier cosa, incluido el fútbol».
Diego Barcala, director de la revista Líbero