Como un concepto antagónico de comercio global, en los últimos años y sobre todo debido a la pandemia a la pandemia de coronavirus (y los periodos de confinamientos), los problemas logísticos habidos en China o el actual conflicto militar entre Rusia y Ucrania, el comercio de proximidad está volviendo a ponerse de moda.
Hasta el punto de que hay expertos que consideran que para muchos países sería un factor clave para que la economía no se ralentice provocando nuevas recesiones económicas. Más bien el contrario, se considera que este tipo de comercio puede ayudar incluso que la actividad económica vuelva a coger impulso y crezca.
Porque los retos a los que los países se enfrentan con el actual estado de la globalización, la subida de los productos de la cesta de la compra y la incertidumbre de los precios del petróleo, del gas y de la energía, así como los problemas geopolíticos, están poniendo en jaque a muchas economías. Las consecuencias, por lo tanto, llegan a todos los niveles, incluido un pequeño emprendedor que monta u negocio local en una tienda física y, después, se plantea incluso digitalizarse y tener una tienda online o ecommerce.
Algunas voces reputadas insisten en que parte de los problemas se solucionarían con una vuelta a la producción nacional e incluso regional, con los beneficios que traería consigo la revitalización de zonas económicas muertas a día de hoy. Eso sí, en un mundo globalizado puede resultar imposible volver a un estado autárquico en lo comercial. Y menos aún con las opciones de internacionalización que ofrece la digitalización a las pymes y las posibilidades de convertirse en empresas unicornio. Estos y otros más factores están poniendo en primera línea el comercio de proximidad.
¿Qué es el comercio de proximidad?
El comercio de proximidad se define como aquel en el que intervienen productos locales o regionales en las compraventas de productos. Es decir, se compran y venden productos de origen local o regional, y hasta nivel nacional si el país no tiene una gran extensión, interviniendo en la cadena de distribución productores, agricultores, ganaderos o pescadores locales, utilizando además comercios de proximidad como son los locales de barrio. Esto sustituye a la cadena de distribución global, con grandes empresas multinacionales, mayoristas y grandes cadenas de vendedores al por menor.
A nivel local, si hablamos desde una aproximación económica, significa la revitalización de regiones económicamente debilitadas por los efectos de la globalización, potenciando además el valor estratégico a nivel de recursos que tiene país o región, como puedan ser subsectores alineados a la agricultura, la ganadería o la producción de productos hechos a mano.
Francia es un claro ejemplo de cómo está utilizando el comercio de proximidad para revivir su agricultura, reforzando el comercio de proximidad en la distribución de alimentos, con lo que motiva al comercio local en detrimento del comercio internacional. Y en España hay grandes marcas y firmas de restauración como McDonald’s que apoyan a toda la cadena de valor de sus productos, como prueba la campaña El pedido más esperado, mostrando por primera vez todo el proceso de crecimiento de los ingredientes desde que se producen hasta que un cliente hace un pedido.
Ventajas del comercio de proximidad o comercio local
Muchas son las ventajas que este tipo de comercio local trae consigo, tanto a nivel económico como a nivel empresarial, y cómo no, también a nivel de sostenibilidad. Entre las principales ventajas del comercio de proximidad podemos destacar las siguientes:
Mejora de la economía local
Ya se ha mencionado en este artículo que una de las principales ventajas que ofrece el comercio de proximidad es la mejora de la economía local dando prioridad a los productos y productores locales y regionales frente a los internacionales. Con ello además también se refuerza el concepto del «made in» y su impacto psicológico en la mente del consumidor, haciendo partícipe de ello al consumidor y creando una comunidad a la que pertenecer y sentirse orgulloso.
Eso sí, hay que dejar claro que el apoyo al comercio local o de proximidad no debería significar una especie de boicot a los productos extranjeros, ya que el mercado actual hace que España y el resto de países de la Unión Europea y prácticamente todos los del mundo sean países importadores y exportadores de todo tipo de productos y materias primas.
Lo mismo cabe decir sobre elegir entre el comercio local y las compras en grandes marketplaces como Amazon o AliExpress. La idea no es llegar a ningún boicot, sino en la libre elección de qué, dónde y a quién comprar.
Menor impacto medioambiental sobre el entorno
Relacionado con la mejora de la economía local, producir y consumir localmente hace que la cadena de distribución se acorte, lo que, a su vez, se traduce en un descenso en impacto medioambiental a nivel logístico medido en menos emisiones de CO2 a la atmósfera o de vertidos contaminantes al océano. Es decir, se reduce la contaminación y la huella de carbono de las actividades económicas.
Revitalización del entorno natural de la zona
Si se produce o se aumenta la producción, los campos o terrenos que antes no estaban siendo utilizados y que estaban descuidados, vuelven a tener otra nueva vida, enriqueciendo la zona a nivel de flora y fauna. Además, el tener los terrenos cuidados ayuda a moderar el riesgo de incendios, algo tan importante para todas las sociedades en unos tiempos como los actuales, en los que los incendios provocan tantos daños materiales y humanos.
Ahorro en costes y tiempo para los vendedores
Al no tener que depender de productos producidos al otro lado del globo o en otros países, y del transporte que conlleva, los vendedores no tienen que soportar sobre sus productos los costes logísticos, por lo que los precios de venta al público pueden ser más bajos. Además, se pueden acortar los tiempos de suministro, al depender de un productor local cercano a su punto de venta.
Esta es una práctica que se puede desarrollar a medio y largo plazo en las políticas de precios de los comercios de proximidad, más allá de que en momentos determinados cualquier tipo de compañía pueda tener campañas en las que no repercutan el IVA a los clientes. Un ejemplo claro de este tipo de acciones puntuales de marketing es MediaMarkt con su famoso ‘Día sin IVA’, pero hay otras grandes empresas como El Corte Inglés o Carrefour que también lo llevan a cabo.
Fomento en el consumidor de compras más prácticas
A nivel de psicológico desde el punto de vista del comprador, el comercio de proximidad ayuda a los consumidores a realizar compras más prácticas o pragmáticas, además de reducir sus tiempos de compra al no tener tanta variedad donde escoger. Este punto puede ir perfectamente acompañado de una práctica cada vez más habitual en temporadas de inflación y subidas de precios como es comparar los precios entre diferentes tiendas o supermercados.
Aumento de la personalización el servicio
Otro de los beneficios del comercio de proximidad es que las relaciones a lo largo de la cadena de distribución se vuelven mucho más personalizadas y aumenta la calidad en la gestión de las mismas. Un productor querrá tener una relación cordial, buena y a largo plazo con su comprador (el vendedor minorista) para poder sostener su negocio. Se implicará más a nivel de productos, tiempos de entrega y podrá ser más flexible en los términos de pago. Lo mismo sucede con el vendedor de proximidad, pero en una doble dirección.
De esta manera, personalizará su relación al máximo con el productor para que le abastezca a él antes que a la competencia y será más flexible con sus pedidos, los pagará mejor y tendrá una relación muy cordial con su suministrador.
Además, si se mira la cadena de distribución hacia delante, para mantener su negocio rentable necesita fidelizar a sus clientes, y para ello en un comercio local o de barrio la única manera de competir frente a las grandes superficies multinacionales es tener un trato directo, personalizado y construir una relación a largo plazo.
El comercio de proximidad online
En la época de Internet, del metaverso, de las redes sociales y de las plataformas eCommerce, hay una corriente o tendencia de compras postpandémica que consiste en volver a ir a las tiendas d barrio, pasar tiempo comprando, experimentar nuevas sensaciones en el punto de venta y volver a sentirse con libertad de movimientos. Esto es así, tras la pandemia es cierto que a pesar del auge del eCommerce, de que psicológicamente los consumidores acepten la compras online de productos frescos, sigue habiendo mucho tránsito en las tiendas físicas.
A pesar de ello, hay mucha gente que por motivos laborales, por motivos psicográficos o personales, deciden comprar online incluso productos frescos y no sólo categorías de productos de electrónica o informática. Desde el inicio de la pandemia, muchos comercios de proximidad, para poder sobrevivir, tuvieron que ofrecer opciones para llevar hacer las compras desde casa y enviarlas a los hogares de los clientes.
¿Cómo? Una tienda online en Internet, haciendo pedidos con una llamada telefónica, pedidos por WhatsApp… o también mediante la colaboración con empresas de delivery como Glovo o Correos. Todas estas y otras opciones facilitan el comercio de proximidad online. Con estas novedades, ha habido empresas que han aprovechado la tendencia de compras online y su aplicación al comercio de proximidad. Y esto ha hecho que se creen plataformas online de comercio de proximidad, como por ejemplo Appro o Shippy.
La situación actual, más allá de que la pandemia decretada en marzo de 2020 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha obligado a una aceleración en la transformación digital de las empresas, hace que hasta los comercios locales puedan digitalizarse. Tener una tienda online permite ampliar el público y tener más clientes potenciales, ofreciéndoles una manera más de acceder al catálogo de productos. Por lo tanto, tener un comercio local online ofrece ventajas teniendo claro que sólo debe hacerse si realmente es beneficioso y viable económicamente, ya que es necesario ampliar la logística y abordar los pedidos online de manera igual de eficiente que la compra en la tienda física.
El comercio local o de proximidad y la sostenibilidad
Como ya se ha comentado anteriormente, la sostenibilidad medioambiental y económica son grandes y buenas consecuencias del desarrollo de la economía de proximidad. El comercio de proximidad lleva consigo algunas acciones que aumentan la calidad del entorno. Además de lo que ya se ha comentado anteriormente, unas de las prácticas más desarrolladas a nivel interno de empresa es el reciclaje.
El reciclaje hace que las empresas, productoras y vendedores de proximidad ahorren mucho en materiales y, normalmente, tienen una mayor concienciación con el medio ambiente, pues es quien le proporciona los recursos para vender y poder vivir.
De modo que el uso adecuado del reciclaje con sus respectivos contenidos es clave para que la cadena circular funcione y se puedan volver a dar múltiples usos a plásticos o vidrios, con lo que además el impacto en los vertederos al aire libre es menor. Con una mayor tasa de reciclaje, se reduce la necesidad de extracción de materias primas para fabricar estos productos, por lo que además del impacto medioambiental de la extracción, disminuye el consumo energético. Por otro lado y unido al concepto de reciclaje, muchos vendedores de proximidad reutilizan los productos para darles un nuevo uso o los venden como productos de segunda mano.
Comercio local: una forma sostenible de consumo
Por último y conectado directamente con el consumidor, hemos de hablar de que el comercio de proximidad hace ver al consumidor final que existe una manera diferente y más sostenible de consumir, más pragmática y consciente con el entorno que le rodea.
Este consumidor más responsable, además de velar por que el producto haya sido producido a nivel local y colaborar con la economía local de pequeños comercios, es más consciente del mundo que le rodea y mira las etiquetas buscando elementos diferenciadores como uso de material reciclado para los recipientes y embalajes.
Además, estos consumidores socialmente responsable suelen ser muy seguidores y fieles a prácticas tales como la compra de productos ecológicos, veganos o de comercio justo, lo que debe de impulsar a los comercios de proximidad y empresas de cualquier tipo a hacer un marketing más ético.