Vivimos hoy un tiempo de profundos cambios, transformaciones y desafíos en el marco de una profunda cuarta revolución tecnológica disruptiva y exponencial. Hoy, la digitalización de nuestro sistema productivo y la robotización de nuestra economía es una realidad que cada día avanza sí cabe a un ritmo mayor en la generación de un mundo virtual en el que las oportunidades se presentan de manera permanente para quienes sean capaces de ver hoy el futuro que se acerca a ritmo acelerado.
Y es aquí, donde el Metaverso adquiere una importante relevancia, máxime cuando la tecnología y las estructuras de las telecomunicaciones lejos de decrecer van a seguir desarrollándose y evolucionando en la medida que la era de los datos , esa que vivimos hoy configurara un nuevo de modelo de interrelación humana en este espacio y en la denominada web3.
Avances comparables, si cabe a los de la llegada del internet a nuestro día a día que fruto a esta tecnología inmersiva nos presenta un nuevo mundo por descubrir, con oportunidades pero también con el riesgo de la deshumanización presente en la pérdida del contacto físico por el virtual, el de la distancia y la comodidad alejada del bello arte del contacto humano, de la conversación pausada y de la socialización del ser humano en un mundo apasionante. Pero aún con todo, lejos de ser un ludita del siglo XXI que renuncie al avance inexorable de la tecnología el avance de esta es una realidad que no a frenarse y con la que habrá que convivir.
Así, la presencia de nuestro avatar en el campo del Metaverso será una realidad necesaria e imprescindible en el marco de relación económica, educativa, social y cultural. Un espacio en el que las marcas, instituciones y corporates tendrán por ello la necesidad de estar como un reflejo de su propia realidad física, siendo por ende un marco de oportunidades para aquellos que hoy encuentran en su gemelo digital una vía directa para el éxito empresarial o profesional.
A ello responden las cifras de inversión en el Metaverso realizadas por compañías como Microsoft, Meta, Google, Apple y Tencent entre ellos, inversiones en un ecosistema que hoy cuenta con miles de empresas ubicadas y una cifra de negocio financiado superior a los 82.000 millones de dólares, en una escala de valor que sigue creciendo día tras día generando oportunidades a la industria tecnología de software y hardware.
Iniciativas como las de la empresa ADN Metaverse capaz de ubicar la identificación digital de las personas que interactúan en la web3 en relación a su ADN o de juegos interactivos en el Mataverso como Roblox que en su salida a bolsa alcanzo la valoración de 30.000 millones de dólares sólo nos sirven para poner el foco en un desarrollo tecnológico que no nos deja indiferentes.
Un espacio este por lo tanto en el que se sector de la enseñanza no podrá mirar impasible para otro lado. Así, la presencia de las universidades y los centros educativos, las escuelas de negocio y centros de formación en el Metaverso se presenta por lo tanto como una acción necesaria e imprescindible, una oportunidad brindada a la conexión de la comunidad educativa en tiempo real y de acceso a nuevos modelos de enseñanza inmersiva, en realidad aumentada y de formato directo que la Web3 y el Metaverso hoy nos ofrecen.
Será clave por ello el posicionamiento de quienes desde el ámbito social, económico, cultural, político y académico impulsen estas transformaciones tecnológicas y digitales en convivencia con nuestra propia humanidad esa irrenunciable al contacto humano. Las decisiones de hoy serán por ello, las que determinen el éxito del mañana en un mundo en profunda transformación y cambio en el que todo ya ha cambiado y seguirá cambiando.
Tribuna de opinión escrita por Josu Gómez Barrutia, CEO Red Business Market y Fundador de Bdigital