Ya sea para trabajar, estudiar o por cuestiones de ocio, el Internet se ha convertido en una herramienta fundamental en nuestras vidas. Tanto es así que gozar de una buena conexión resulta fundamental para poder navegar y desempeñar nuestras tareas sin inconvenientes. Sin embargo, no son pocas las ocasiones en que los consumidores, a pesar de tener contratada una tarifa que, en teoría, les brinda una buena velocidad, notan cortes o que los tiempos de carga tardan más de lo que deberían. Parece lógico pensar que, en este punto, con una prueba de velocidad se puede comprobar el estado de la conexión, pero, si se desea que esta sea estable, se necesitan poner más medios para lograrlo.
A continuación, vamos a comentarte qué puedes hacer para mejorar la conexión en casa.
Contrata una tarifa que se ajuste a tus necesidades
En el mercado, actualmente, tenemos a nuestra disposición diversas tarifas de Internet que pueden rondar desde los 100 MB hasta el GB de velocidad. No obstante, aunque parezca que por definición cuantos más MB se tengan, de más velocidad se disfrutará, hay que tener en cuenta varios factores.
En primer lugar, la cantidad de dispositivos que planeas conectar a la red y, en segundo lugar, el uso de Internet que vayas a hacer. De este modo, si no planeas conectar muchos dispositivos a la red o buscas internet para lo básico, como es navegar, estudiar o trabajar, te compensará más una tarifa que te permita ahorrar más.
En cambio, si te gusta jugar online, consumes bastante contenido multimedia o quieres convertir tu hogar en un espacio domótico, entonces tendrás que decantarte por una tarifa con la que puedas hacerlo sin que la red se congestione demasiado.
Elige bien dónde colocas el router
A pesar de contar con una velocidad con muchos megas, tal y como hemos adelantado antes, no significa que esto garantice que esta sea fluida. Si no ubicamos bien el router, es muy probable que la red se congestione o que no llegue a todas las estancias de la casa por igual.
Por ello, hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones para posicionarlo bien y que así nos brinde una cobertura mejor. Por ejemplo, hay que colocarlo en la estancia más céntrica posible de la casa. De esa manera, la red podrá distribuirse mejor que si tiene que atravesar varias paredes y habitaciones hasta llegar a la última. También, en este punto, puedes optar a tenerlo donde más vayas a utilizar Internet.
Eso sí, es conveniente evitar zonas como la cocina, donde haya aparatos que puedan interferir en la señal, como puede ser el microondas. Asimismo, desconecta los dispositivos que no sean estrictamente necesarios en tu día a día. De esta forma descongestionarás la red y obtendrás una mayor velocidad.
Hazte con un amplificador
En ocasiones, aunque tengamos contratada bastante velocidad, notaremos que no es suficiente para cubrir todo nuestro hogar. Cuando esto ocurre, una buena opción es comprar un amplificador de red.
Se pueden encontrar de distintos tipos y ayudan, como su propio nombre indica, a amplificar la señal y en algunos casos duplicarla para que podamos disfrutar de una buena velocidad en cualquier parte de nuestra casa. Sin duda, es una buena inversión, ya que con uno de estos dispositivos te evitarás tener que buscarle un buen sitio constantemente al router.
Cuida tu red de intrusos
Hacer pruebas de velocidad de manera periódica es una buena manera de ver si estamos sufriendo una bajada importante y no es solo nuestra percepción. La mayoría de compañías cuentan con aplicaciones que, además de estas pruebas, nos permiten cambiar los canales de conexión del WiFi para conectarnos a los que estén menos congestionados. Sin embargo, no siempre se trata de un problema de congestión ocasionado por tus propios dispositivos. Aunque se suele proporcionar una contraseña segura, se aconseja cambiarla cada cierto tiempo para evitar las conexiones indeseadas.
No obstante, si detectas una bajada importante de velocidad, puedes utilizar alguna aplicación, ya sea proporcionada por tu compañía o de terceros que sea de confianza para detectar dispositivos que no sean tuyos y estén conectados a tu red. Si esto ocurre, no te preocupes, porque, además de cambiar la contraseña, podrás bloquearlos para que no vuelvan a conectarse a tu red.
Contacta con tu compañía si tu velocidad es baja
Por último, si has seguido los consejos anteriores y notas que tu velocidad no es la que debe, no dudes en contactar a tu compañía para reclamarlo. Puede ser desde un problema técnico hasta alguna incidencia en la cobertura de tu zona. Por ello, nunca está de más consultar con tu proveedor de Internet para que solucione tu problema lo antes posible.
Mejorar la calidad del Internet en casa puede resultar muy sencillo. Si sigues estas recomendaciones y te preocupas por el mantenimiento, te librarás con mayor seguridad de una conexión lenta e inestable.