Mayte Carvajal es mentora de mujeres emprendedoras, experta en la gestión de personas y docente, a la vez que emprendedora por parte doble, con Mayte Carvajal y con su marca de complementos artesanales para gafas Carlotalulu. Mayte es una mujer polifacética, que tras formar parte del comité de dirección de grandes empresas, en los últimos 12 años como Directora de RR.HH. y Servicios Jurídicos de una de las plantas de ENAGÁS, lidera un interesante proyecto en el que acompaña a la mujer emprendedora a alcanzar su sueño, a la vez que da visibilidad a proyectos de carácter social con los que colabora, algo que resulta una parte esencial de la misión de su empresa.
En esta entrevista concedida a la sección MKT&Women de Marketing Insider Review asegura: «Es esa capacidad de adaptación, la inquietud por aprender, la perseverancia y la curiosidad, lo que ya hoy está ayudando a destacar entre la competencia a muchas empresas y emprendedores, y está dejando atrás a otras».
«Formarse y reciclarse es fantástico si no perdemos nuestro objetivo»
Estamos muy concentrados en obtener títulos como empleados y buscar talento basado en un papel como empresas. ¿Por qué? ¿Todavía seguimos con titulitis?
En cierto modo sí, porque la competencia en el mercado de trabajo, sobretodo para los jóvenes es tremenda. Formarse y reciclarse es fantástico, siempre y cuando no perdamos de vista nuestro objetivo, porque de otro modo la acumulación de títulos no resulta efectiva.
En cuanto a las empresas, afortunadamente la tendencia va cambiando, y aunque en la mayoría de las ocasiones un título que respalde nuestros conocimientos es y será esencial, otros factores, como son las actitudes y competencias ya son determinantes tanto en los procesos de selección como en la promoción y desarrollo de carrera.
¿Cuáles son las principales soft skills que debe de tener un buen emprendedor?
Ser emprendedor, especialmente al principio, implica atender muchas facetas del negocio que cuando trabajamos por cuenta ajena no siempre necesitamos desarrollar. Un emprendedor ha de ser creativo, tener la capacidad para planificar y establecer prioridades, por lo tanto ha de saber, o aprender, a organizarse. Ha de ser resolutivo porque tendrá que enfrentarse a situaciones muy diversas, muchas veces nuevas para él, y deberá ser capaz de decidir y actuar con efectividad.
La comunicación, tanto escrita como oral es cada vez más necesaria ya que continuamente nos estamos exponiendo al exterior. El emprendedor no sólo ha de saber vender sus productos o servicios en medios muy distintos, sino que ha de ser capaz de vender su marca personal.
La empatía, la automotivación o la curiosidad por aprender constantemente son otras habilidades que marcan la diferencia y nos permiten diferenciarnos y ser más competitivos.
«La revolución digital es un hecho que ha alcanzado a todos»
Es innegable que una serie competencias bien interiorizadas impacta positivamente en la empresa por medio de la obtención de beneficios. ¿Por qué no nos quitamos todavía la venda?
La venda nos la estamos quitando poco a poco, pero los cambios llevan su tiempo, precisamente porque la gestión de las personas en base a competencias no está interiorizado en muchas empresas.
Esta cultura por una apuesta por el desarrollo de competencias es lo que nos diferenciará de la IA. ¿Estamos ante un nuevo empleado que tendrá como origen la revolución digital?
La revolución digital es un hecho que a todos los que estamos en activo nos ha alcanzado ya, lo mismo da la posición, ser empleado o empleador, incluso la edad que tengamos. Es algo a lo que sí o sí convine adaptarnos. Es precisamente esa capacidad de adaptación, la inquietud por aprender, la perseverancia y la curiosidad, lo que ya hoy está ayudando a destacar entre la competencia a muchas empresas y emprendedores, y está dejando atrás a otras.
¿Quién debe de ser el impulsor del cambio en la empresa?
Desde mi experiencia, sin duda la dirección de la misma. No hay cambio posible, si esta, aparte de decirlo, no lo pone en marcha con el ejemplo. Puedes formar a tu equipo, invertir en la última tecnología, contratar a los mejores profesionales, que si quienes ostentan la dirección no son capaces de interiorizar el cambio, transmitirlo y comunicarlo con convicción y honestamente, es decir, creyendo e involucrándose en lo que dicen, lo único que van a conseguir es desorientar a su cliente interno, a sus trabajadores.
Aconseja al emprendedor «que no se deje paralizar por el miedo cuando algo no sale como esperaba»
¿Qué papel juegan competencias como el liderazgo, la capacidad de resolver problemas o la inteligencia emocional en la empresa del siglo XXI?
Un papel esencial sin duda, pero las competencias, lo mismo que los conocimientos, no son los mismos para todos los puestos de trabajo. Dependiendo de las características, responsabilidades y tareas de cada uno se precisan unas determinadas competencias. No vayamos a caer en el error que yo siempre he puesto de manifiesto cuando se contrata para un puesto a la persona con la titulación más alta, no al candidato más adecuado.
El acierto está en la coherencia. Una competencia, como el liderazgo por ejemplo, puede ser desaconsejable en muchos puestos. Otra cosa es, eso sí, que la organización como tal, y por lo tanto sus dirigentes, cuenten con competencias tales como el liderazgo, la capacidad de resolver problemas y la inteligencia emocional.
Si tuviera que dar un consejo a un/a joven emprendedor/a. ¿Cuál sería?
Que no improvise, recientemente he hablado de ello en mi blog. Que lo mismo que no se compraría una casa sin haber sopesado antes todas las variantes y haber trazado una estrategia para poder adquirirla, estudiando el mercado, las infraestructuras de la zona, y por supuesto, sus posibilidades económicas, que del mismo modo no pase a la acción sin antes haber elaborado un plan de negocio, es clave. También le diría que sea persistente, que no se deje paralizar por el miedo cuando algo no sale como esperaba, sino que paso a paso siga el plan que ha trazado, que confíe en sí mismo, que busque sinergias con otros emprendedores y que nunca deje de aprender. Y algo muy importante, que pida ayuda cuando lo necesite porque nadie sabemos de todo.