La pandemia del COVID-19 generó en las diversas poblaciones del mundo una gran cantidad de casos relacionados con las enfermedades de salud mental. La preocupación derivada de esta crisis sanitaria impactó de lleno en el estado anímico de muchas personas que presentaron cambios en su vida cotidiana.
El paso repentino de las labores de oficina a un home office, convirtiéndose un lugar de descanso en un espacio de trabajo; el temor a los lugares públicos por los contagios; la muerte de familiares o amigos; la incertidumbre de enfermarse y no saber si se sobrevivirá ante la falta, en su momento, de vacunas, eran situaciones que desataron casos de ansiedad, estrés o depresión.
Los jóvenes fueron los más afectados en esta situación que escaló a un pico nunca visto, principalmente en países que carecen de los recursos para afrontar enfermedades de salud mental a un nivel de epidemia.
“Es urgente que el apoyo a la salud mental se considere un componente fundamental de la respuesta a la pandemia”, llegó a comentar Carissa F. Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud, cuando la crisis sanitaria y los casos de salud mental se combinaron en un apogeo en esta región del mundo.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) detectaron que casi un tercio de la población de Estados Unidos presentaba síntomas de ansiedad o depresión.
¿Cómo hacer marketing en una epidemia de salud mental?
En una situación como la crisis sanitaria que desata preocupaciones y temores, es evidente que en las personas se presenta un cambio de emociones y con ello la percepción hacia el entorno. Esto lo entendieron las empresas de diferentes rubros, por lo que recurrieron a una nueva estrategia de marketing para acoplarse a la vida de los consumidores. Además de las escuelas de creatividad como Brother Barcelona donde profesionales tuvieron que reinventar nuevas formas de aprendizaje.
¿Cómo ganar la atención de un consumidor preocupado? ¿Cómo mantener la preferencia de un cliente estresado? Estas preguntas, y otras más, quizás fueron las premisas de varias compañías para vender sus productos y servicios.
Las empresas comenzaron a elaborar ganchos emocionales lanzados desde mensajes creativos para entrar en una nueva competitividad de ganar clientes con campañas que tienden a ser más relajantes y positivas, y huir de elementos estresantes que puedan añadirse al generado por la pandemia en los consumidores.
Desde fabricantes de automóviles hasta compañías dedicadas a los cereales comenzaron a agregar a sus productos mensajes dirigidos a consumidores preocupados, como frases motivadoras y spots publicitarios con imágenes o situaciones relajantes.
Por ejemplo, Ford hizo a un lado el potente sonido de su motor en una carretera para vender su nueva Lincoln Nautilus en un entorno de confort que inspiraba calma y relajación.
Coca-cola, una empresa que siempre muestra sus productos en ambientes familiares o entre amistades, decidió diseñar una versión tranquila de su marca de agua en sus envases.
Al ser las redes sociales un canal esencial para conectarse con los consumidores, las empresas también han apostado por elaborar publicaciones que ayuden a relajarse y desestresarse, siempre con el objetivo de lograr vender un producto o servicio determinado.
Expertos en el marketing también han recomendado a las empresas realizar acciones enfocadas a la salud mental como mostrar de una manera creativa a los consumidores que sus vidas pueden ser mejores y se podrá superar la adversidad de la pandemia.
Además de personalizar los canales de comunicación para que el mensaje motivante llegue a los diferentes grupos demográficos, porque al final de cuentas, los problemas de salud mental afectan sin importar la edad.