Erase una vez… Todas las historias tienen un inicio muy similar y nos preparan para estar atentos porque algo extraordinario se nos va a desvelar y durante unos momentos nuestra mente volará lejos de nuestra vida cotidiana. Los contadores de historias han existido siempre desde los artistas rupestres, los juglares, escultores, cineastas, escritores, cantautores y hasta los tiktokers. Las historias han movido a la humanidad.
Aunque el medio de dar a conocer nuestra historia cambie y evolucione, la intención y el propósito es siempre el mismo: compartir con otras personas un pedacito de vida.
¿Pero qué tienen en común todos los contadores de historias, además del propósito? ¿Las herramientas que hace que conectemos con una historia son las mismas ahora a través de un dispositivo móvil que escuchando en la época medieval a un juglar en la plaza central?
Las respuestas a las que seguro que has llegado ya es que la clave para persuadir con tu historia, ahora y siempre, es que sea un relato personal y que conecte con los demás a través de las emociones más humanas como la pasión, el odio, el humor, el amor, la venganza, etc. gen que poseemos todos. Lo que significa que todos y cada uno de nosotros somos contadores naturales de historias, solo tenemos que aprender a sacar el mejor y mayor partido de nuestros relatos.
6 consejos para ser contadores de historias únicas
Aquí os apuntamos 6 consejos para convertir tus historias en únicas:
1.- Prepara bien “la Biblia” de la historia
Al igual que ocurre en las series de televisión debes preparar tu propia Biblia de la historia lo que significa que debes tener trazadas las tramas, qué personajes aparecerán y con que personalidad dotaras a cada uno (si se trata de la recreación de una historia real en tu mano está decidir si quieres que sea más o menos fiel a los hechos) y donde está el punto de inflexión que hará única la historia (algo sorprendente e inesperado).
Para llevar a cabo esto nada como investigar y documentarte bien de todo ya sea con estudios, webs o blogs interesantes si se trata de un artículo, libro, etc o de tendencias, nuevas aplicaciones o filtros en el caso de historias visuales en redes sociales.
Si por ejemplo quieres contar una historia de un producto o servicio de uno de tus clientes, nada mejor que humanizarla. Investiga bien qué detalles sorprendentes y hechos especiales están relacionados con este producto para que la persona que escucha o lea tu relato se conecte a través de la historia humana sacada a relucir en medio de un estudio más económico o de desarrollo empresarial más al uso y menos personal.
2.- El clásico de todos los contadores de historias: Introducción, nudo y desenlace
Los clásicos son siempre apuesta segura y a la hora de comunicar tu historia más que nunca. Una vez has conseguido responder a las 5 W’s (qué, cuándo, dónde, cómo y quién) llega el momento de crear en base a esos datos nuestra historia especial presentando el contexto de la historia, los personajes y sus aspiraciones, necesidades, deseos…
Es lo que llamaríamos introducción y no debería ocupar más del 20% del espacio-tiempo que vayas a dedicar a la narración de tu historia. Este primer tiempo es muy importante porque tiene que atrapar a tu audiencia, da igual que estés creando un castillo de naipes imposible en TikTok o escribiendo un post para el blog corporativo de tu empresa.
Pasamos ahora a la segunda fase, el nudo, es decir cuándo la historia se pone en marcha. Normalmente suele haber una palanca dramática que da paso a esta acción y que lleva a una serie de acontecimientos que deberían desarrollarse de la forma más ágil, trepidante y emocionante posible.
Por último, llegamos al desenlace donde se cierra la historia y es el momento en que se termina con una conclusión, moraleja o solución a lo que hemos estado contando en fases anteriores.
3.- Crea personas, no personajes
Como decía Ernest Hewingway: “Al escribir un libro, un escritor debe crear personas vivas; personas, no personajes”. Sea cual sea la naturaleza de nuestra historia este punto aplica a todas. Cuanto más elocuentes, presentes, humanos y vulnerables sean las personas de nuestra historia más conectarás con tu audiencia.
4.- Encuentra formas nuevas de contar la misma historia
Es posible que tengamos una historia pero que debamos adaptarla a nuestra audiencia. Una noticia de un diario o revista es difícil que capte la atención en una red como TikTok a menos que la transformemos (sin falsearla) en un contenido más entretenido. Para esto y muchos momentos más, internet inventó los memes. Úsalos de una manera respetuosa pero apóyate en ellos para que tu historia llegue a más personas en su propio lenguaje.
5.- Cuanto más teatral, mejor
Es tan importante la calidad de tu historia como la forma en la que la cuentas. Si se trata de un video en TikTok o una story de Instagram no improvises prepáralo con tiempo e intención y consigue que en esos preciosos segundos tu historia brille desde el principio.
Algunos de los recursos que son 100% infalibles son en el caso del medio audiovisual la música, el movimiento del cuerpo, la proyección de la voz, el humor, la ropa, la gestión de las pausas o las expresiones faciales. En el caso de que estés comunicando tu historia de forma escrita, usa la negrita, los links, las imágenes, etc..
6.- La improvisación esta sobrevalorada en los contadores de historias
Existen auténticos animales escénicos que sin necesidad de practicar pueden crear y compartir un story que acumule miles de likes, seguidores e interacciones pero, en general, no todos somos storytellers naturales como Will Smith así que en nuestro caso nada como practicar, practicar y practicar. Ganaremos efectividad en cada ensayo y aumentaremos día a día nuestra capacidad de contar historias únicas.
Siguiendo todas estas claves estás ya preparado para convertirte en un contador de historias «encantador» de audiencias.
Periodista y apasionada de la comunicación y el marketing. Ha liderado departamentos de comunicación y marketing en editoriales y en agencias de comunicación y publicidad. Tras su experiencia en Canadá viviendo un par de años además del inglés también se trajo otra forma de mirar el mundo. En estado de beta permanente.