Puede que a muchos esta escena les resulte familiar. Después de comer en un restaurante de comida rápida, estás separando los restos para ver qué depositar en cada cubo de basura y un camarero se acerca y te dice: “No te preocupes mucho, luego juntamos todos los desechos en una única bolsa”. O esta otra: pides un café en taza para evitar el vaso desechable y el camarero hace el café en el vasito y lo trasvase a una taza. Son dos ejemplos de las múltiples variantes de greenwashing o, en sus versiones en castellano, ecopostureo o lavado de imagen verde, que podemos encontrar en algunas empresas… y que no tienen ningún sentido.
A medida que ha crecido la concienciación acerca de la sostenibilidad, han sido muchas las compañías que han modificado y visibilizado sus esfuerzos por asegurar que sus prácticas sean cada vez más respetuosas con el medio ambiente. Tristemente, muchas veces esta aparente “buena voluntad” se ha traducido en cambios de forma, pero no necesariamente de fondo. Y aunque los pasos que han dado muchas empresas en materia de sostenibilidad han sido importantes, está claro que aún hay mucho que mejorar. Al final, de poco nos vale decir, por ejemplo, que el packaging de ciertos productos fue hecho con materiales reciclados si no hemos analizado el impacto que tiene su proceso de producción en el medio ambiente.
No caer en greenwashing significa ampliar la perspectiva con la que analizamos la sostenibilidad. Significa evaluar tanto en forma como en fondo nuestras prácticas, incluyendo también aquellas acciones tan cotidianas como la manera en las que nos reunimos o celebramos. Y aquí es cuando los eventos sostenibles entran en la ecuación.
Todos hemos visto o sufrido alguna vez la cantidad gigantesca de residuos que se acumulan tras celebrar un evento profesional. Desde los post-it y folios que se usaron hasta las botellas de agua vacías y la comida que sobró del catering. Por eso, llevar la sostenibilidad a los eventos se ha vuelto imprescindible. La idea no es solo que se minimicen los potenciales impactos ambientales negativos (económicos, ecológicos y sociales), sino dejar un legado beneficioso para la comunidad anfitriona y todos los involucrados en la línea del movimiento regenerativo. Y para eso se requiere un cambio más profundo.
Razones por las que priorizar la sostenibilidad
Existen tres poderosos motivos por los cuales optar por organizar un evento sostenible es la mejor de las apuestas. El primero de ellos es la reducción de costes.A pesar de lo que muchas personas puedan pensar, los eventos sostenibles no son más caros. Al contrario, al minimizar los residuos, reutilizar materiales, optimizar el consumo y apostar por proveedores locales se logran disminuir significativamente muchos gastos, consiguiendo un ahorro para la compañía y un beneficio para el planeta.
El segundo motivo es el apoyo a la economía y el empleo local. Con una planificación adecuada se fomenta la inversión y se estimula el crecimiento de pequeñas y medianas empresas locales, al tiempo que se fortalece el compromiso con el entorno social y las comunidades a las que se pertenece. Una maravillosa relación positiva para ambas partes.
Por último, cabe destacar el refuerzo de la relación con proveedores y patrocinadores a través del compromiso sostenible. Para que un evento sea realmente sostenible es clave que todos los actores involucrados lo sean. Al colocar la sostenibilidad en el centro de la organización de los eventos se incentiva también a que los proveedores, colaboradores y patrocinadores que participen en él se comprometan con este objetivo común, y de esta manera reforzamos las relaciones con aquellos que comparten nuestros valores y compromiso.
Y por si estos motivos no fuesen suficientes, no podemos perder de vista que este tipo de eventos también contribuyen a la concienciación y sensibilización en torno a la sostenibilidad, atraen a aquellas personas que están comprometidas con construir un mundo más sostenible y contribuyen a generar experiencias más humanas que generen un valor positivo en el entorno.
Claves para organizar un evento sostenible
Ahora bien, ¿cómo lograr que un evento sea sostenible, pero sostenible de verdad, y evitar el greenwashing? Estos son los seis aspectos fundamentales a tener en cuenta:
- Contratar proveedores con certificaciones ambientales y que sigan medidas de cuidado sostenibilidad.
- Optimizar el gasto energético a través del control de temperaturas y el buen uso de los sistemas de iluminación. Siempre será mejor apostar por la luz y ventilación natural.
- Promover el uso de transporte público o de otras formas de transporte más sostenibles para trasladarse hacia y desde el evento.
- Evitar que los envases que se usen para el catering estén hechos de materiales desechables.
- Imprimir solo los materiales necesarios y aprovechar las plataformas y formatos digitales.
- Asegurarse de que la localización del evento sea accesible para personas con movilidad reducida.
Iniciarse en el mundo de los eventos sostenibles puede parecer más complejo de lo que en realidad es. Con pequeñas acciones podemos conseguir grandes cosas de forma sencilla. Lo importante es dar el primer paso y aprovecharse de estrategias que agilicen las tomas de decisiones. Por ejemplo, tener a la mano un listado de proveedores sostenibles y de localizaciones que cumplen con criterios de sostenibilidad. Rodearnos de agentes y colaboradores que estén en nuestra misma línea de acción también hará más fácil el recorrido y tendrá un efecto multiplicador en cuanto a los resultados y el impacto positivo conseguido.
Tribuna de opinión escrita por Laura Alonso, manager de eventos de Impact Hub