El año 2023 termina con un dato significativo para el empleo: somos el país de la Unión Europea con la mayor tasa de paro juvenil según Eurostat, lo que supone un verdadero reto en el que trabajar desde distintas perspectivas. Debemos abordarlo como un desafío en el que, a través de la colaboración público-privada, podamos aportar soluciones innovadoras y poner el foco en los sectores con mejores datos de empleabilidad, dándoles visibilidad y haciéndolos atractivos para los jóvenes.
Actualmente, el panorama educativo en España se caracteriza por contar con un alto número de estudiantes universitarios y una elevada tasa de jóvenes que solo cuentan con Estudios Secundarios Obligatorios (E.S.O.). Sin embargo, nuestro país posee uno de los porcentajes de escolarización en formación profesional (FP) más bajos de todos los miembros de la OCDE, con un 12% frente al 29% de media en la organización.
Esto es especialmente llamativo si tenemos en cuenta que en el mercado laboral español existen abundantes oportunidades laborales en ciertas profesiones de grado intermedio que requieren de estudiantes de formación profesional. La Comisión Europea, ha señalado que, en 2030, las empresas necesitarán un 65% de profesionales formados con FP. Estas vacantes se encuentran, principalmente, en sectores técnicos, tecnológicos, trabajos de cara al público y profesiones de reciente creación.
Afortunadamente, el valor que se le da a la formación profesional en España está empezando a cambiar, en gran medida, por la aparición de programas educativos actualizados y adaptados a las necesidades del mercado actual. También gracias al impulso de una metodología de calidad, que da un peso muy importante a la formación práctica. En el curso 2020-2021, los datos oficiales señalaron que el alumnado de FP había aumentado un 28,7% con relación a los cinco años anteriores.
En Fundación Mahou San Miguel fuimos conscientes, desde nuestros inicios, del poder que la formación profesional dual y especializada podía tener para fomentar el talento joven y mejorar la empleabilidad. Por eso, llevamos casi una década promoviendo este tipo de itinerario educativo a través de nuestro programa Creamos Oportunidades en Hostelería y Turismo, que constituye uno de nuestros pilares principales de actuación y que está destinado a jóvenes que desean formarse, especializarse y desplegar su talento en el sector de la hostelería y el turismo. Un ámbito que, precisamente, sigue teniendo dificultades para encontrar personal cualificado. Los resultados que hemos obtenido en este tiempo son tremendamente positivos y nos empujan a seguir creciendo: el 90% de los jóvenes que terminan nuestro programa, en la modalidad FP Dual, acceden a un puesto laboral al finalizar la formación.
Además, con la comunidad alumni Linkados para antiguos alumnos, hemos creado una red de apoyo para los jóvenes, poniéndoles en contacto con los agentes del sector hostelero y facilitándoles, aún más, el acceso al mercado laboral.
El desarrollo de la formación profesional, especialmente la de tipo dual en la que las prácticas académicas tienen un peso tan importante, está facilitando el contacto directo entre los jóvenes y los empleadores, acercándoles a la realidad del mercado laboral y a sectores que tienen dificultades para encontrar trabajadores cualificados.
Lo mismo ocurre con los cursos educativos de especialización, como nuestro Programa de Especialización en Dirección de Sala, que están ampliando y actualizando la formación de los empleados en determinados ámbitos, para adecuarla a los constantes cambios del panorama laboral.
En muchas ocasiones, estos programas de especialización son la clave para que los jóvenes encuentren su camino; el nicho a desarrollar en su profesión o para triunfar a la hora de construir un negocio. En el caso de la hostelería, destacan algunos perfiles como los expertos cerveceros, los directores de sala o los baristas; profesiones cuyos aprendizajes no se encuentran en los itinerarios tradicionales, pero que están muy demandados hoy en día.
Cada vez existen más opciones de formación profesional y técnica disponible para que los estudiantes puedan desarrollar sus habilidades y aspiraciones. En este sentido, es indudable que el impulso del talento joven se está posicionando como agente clave a la hora de dar la vuelta a las cifras de desempleo.
Tribuna de opinión de Virginia Luca de Tena Sanguino, directora de la Fundación Mahou San Miguel