Como bien sabemos, el Black Friday ya no solo es un día marcado en rojo en los calendarios de los comerciantes, sino que cada vez engloba a más sectores y amplía su duración. Los crecimientos que el eCommerce lleva experimentando los dos últimos años son de en torno al 20%. En muchos casos, el 30% de las ventas se realizan en este periodo, alcanzando porcentajes de hasta el 50% si hablamos de tiendas como la del producto gourmet. La importancia en venta es enorme.
¿Qué podemos esperar este 2022? En esta campaña de Black Friday del 2022 nos encontramos con una situación muy diferente y con unas previsiones inciertas:
- Comercio Offline funcionando a todo gas: el comercio offline (que representa el 75% de las compras) está completamente abierto sin restricciones, lo que favorecerá que los consumidores realicen un mayor número de compras en tiendas comparativamente con el 2021.
- Black Friday, lanzado desde mediados de Octubre: el pistoletazo de salida lo dió Amazon con un Prime Day (descuentos a sus clientes fidelizados) a finales de octubre, algo totalmente inédito. A partir de ese momento el consumidor se pone en modo “compro solo con descuento importante”, obligando al resto de las tiendas de eCommerce a empezar las ofertas antes y con mayor agresividad.
- Un consumidor con tendencia a adelantar las compras de Navidad a Black Friday: los grandes descuentos se están dando en el mes de noviembre y los consumidores lo saben y los están buscando, en muchos casos utilizando la posibilidad de entrega en el periodo de Navidad.
En mi opinión, el Black Friday ya ha empezado, y lo ha hecho con mayor agresividad en sus descuentos, tanto por el exceso de inventarios como de stocks. Por tanto, es lógico pensar que unos descuentos tan atractivos van a motivar un desplazamiento del gasto de Navidad al periodo de Black Friday, en el que esperamos un aumento del 25% en las compras, haciendo que sea uno de los eventos de mayor venta del año para cualquier eCommerce.
La inflación también afecta al Black Friday
Por otro lado, nos encontramos un consumidor cada vez más conservador en sus compras debido a una situación económica muy marcada por la inflación. El incremento de los precios tan presente en el día a día de todos nos impulsa a hacer compras más racionales y valorar su coste. Actualmente las tiendas no están siendo capaces de trasladar los incrementos de costes (producto, embalaje, transporte….) a los consumidores, lo cual está impactando de forma negativa en sus márgenes.
El canal de marketplaces, con Amazon a la cabeza (45% de los compradores ya compran o comparan en su plataforma), continuarán creciendo conjuntamente con las tiendas online directas de los fabricantes y las marcas.
El precio se convierte en un factor determinante. De manera especial, el sector online se convertirá en el favorito, al tener mayor facilidad para comparar las condiciones. Por ello considero que es muy importante que las tiendas online estén 100% alineadas con las tiendas físicas.
Creo además que este Black Friday será el punto de inflexión que marcará el desarrollo del e-commerce en 2023 y confirmará las previsiones en B2C y B2B. En el primer caso, esperamos crecimiento a un dígito y un proceso acelerado de concentración de tiendas online con impulso de las estrategias de fidelización. En B2B, la entrada será acelerada en e-commerce (actualmente 15% – 20%) donde habrá crecimientos muy importantes durante todo el próximo año.
Con todos los ojos puestos en el Viernes Negro, nosotros esperamos que se cumplan los ambiciosos objetivos de los comerciantes. Es una fecha imprescindible para que puedan cubrir sus necesidades de tesorería y conseguir disminuir los stocks. Así encararán de la mejor forma un 2023 que se presenta “inquietante”.
Tribuna de opinión escrita por Jorge González Marcos, Head Iberia & Latam de PrestaShop