En una época donde predomina el multijugador online, It Takes Two es una rara joya que dice: «Deja los auriculares y consigue un segundo mando». Publicado por Hazelight Studios y dirigido por Josef Fares, este juego no solo recupera los días gloriosos de la pantalla dividida, sino que redefine por completo lo que puede ser la narración cooperativa.
En vez de hacer del Jugador Dos una ocurrencia tardía, It Takes Two insiste en que ambos jugadores sean fundamentales para la experiencia. No eres un simple acompañante: eres la mitad de la historia. Puede que estés esquivando trampas mortales en una batalla contra un jefe en una caja de herramientas o navegando por una sesión de terapia espacial con babuinos lunares parlantes: el juego mantiene a ambos jugadores igual de comprometidos y emocionalmente implicados.
El modo cooperativo como núcleo narrativo
A diferencia de la mayoría de los juegos cooperativos –que añaden la historia al gameplay como una ocurrencia tardía– It Takes Two hace justo lo contrario. La narrativa es el juego, y el juego es la narrativa. Cada nivel, cada puzzle y cada extraña transformación (probablemente nunca antes te habías convertido en un enano de jardín y en una rana) se relacionan de forma directa con el recorrido emocional de May y Cody, una pareja al borde del divorcio.
La narración es aún más impactante gracias a la propia mecánica de pantalla dividida. Ves lo que ve tu compañero. Sientes lo que él siente, sobre todo cuando le ves fracasar repetidamente en su intento de cruzar un hueco que tú habías despejado hace diez minutos (sin juzgar). Esa experiencia compartida crea empatía y risas, haciendo que la historia se sienta personal incluso cuando está contada a través de libros parlantes y ardillas mágicas.
Muchos jugadores optan por hacerse con el juego a través de mercados como Eneba.com, donde pueden conseguir ofertas en sus títulos digitales favoritos sin arruinarse. No es de extrañar que un juego centrado en la conexión haya ganado adeptos en plataformas que hacen los juegos más accesibles.
Dándole un propósito a cada género
Uno de los movimientos más atrevidos de It TakesTwo es cómo salta de un género a otro. Ahora es un juego de ritmo. Luego es un shooter en tercera persona, o un juego de exploración de mazmorras. No son trucos, sino metáforas. Cuando Cody y May intentan reconectar emocionalmente, sus personajes literalmente se estiran y se doblan para adaptarse a nuevos retos, obligando a los jugadores a colaborar de formas que reflejan la comunicación y el compromiso en la vida real.
La negativa del juego a asentarse en un solo género lo convierte en una superpotencia narrativa. Mantiene a los jugadores adivinando, previene la repetición y refleja los altibajos de las relaciones de una forma que pocos juegos siquiera intentan. Es una comedia romántica interactiva envuelta en una mecánica de gameplay, y de algún modo, funciona a la perfección.
La recompensa emocional
Seamos honestos: la mayoría de los juegos no te hacen hablar de tus sentimientos. It Takes Two desliza esos latidos emocionales entre paseos en cohete y puzzles de clavos. Cuando llegas a la mitad, empiezas a animar no solo a May y a Cody, sino también al otro. Y esa es la magia: el juego logra que te preocupes. No a través de escenas o exposiciones, sino mediante el propio juego.
Un nuevo estándar para el cooperativo basado en la historia
It Takes Two no solo recupera el juego a pantalla partida, sino que lo mejora. Demuestra que la narración emocional, la jugabilidad inventiva y la colaboración con un auténtico significado no se excluyen mutuamente. De hecho, prosperan juntas.
Y si te preguntas dónde conseguirlo, o quizá buscas más juegos que acerquen a la gente, los mercados digitales como Eneba son un buen punto de partida. No importa si luchas contra clavos voladores o si salvas una historia de amor: no hay nada como un buen juego cooperativo que te golpee en los sentimientos y te mantenga alerta.

