Está claro que hay miles de formas de aplicar el marketing para llegar a nuestro público objetivo y hoy en día, debido a la preocupación por la sociedad y el medio ambiente, no hay mejor forma de fortalecer la imagen de marca y estar activos en estos temas tan controversiales como realizando una campaña de marketing social, que tiene como objetivo difundir alguna idea o solución para cambiar hábitos y comportamientos, y hacer frente a los problemas sociales.
Hoy en día, los consumidores no solo compran los productos, sino que también la marca, los valores que ofrece y el valor agregado sentimental que les aportan. Es por ello que aplicar el marketing social no sólo es una buena acción, sino que pone a la marca como una con empatía, preocupada por su entorno y poderosa para generar cambios significativos.
La imagen de marca en ojos del cliente socialmente responsable
Sin embargo, hay muchas personas que confunden el marketing social con la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), por lo que primero es importante entender que no es lo mismo. En comparación a la RSE, el marketing social está enfocado a un cierto público, mayormente los consumidores, y no a todos los grupos de interés como en el otro caso. Además, la duración no es un compromiso permanente, sino que son acciones que tienen un tiempo definido y solo se involucra el equipo de marketing y algunas otras áreas que brindan apoyo a comparación de la RSE, que es transversal a toda la compañía.
Determinar el público a beneficiar
Hay miles de problemas en la sociedad para resolver, uno con más pesos que otro, pero no podemos abarcar todo. Es por ello que se debemos elegir uno de alta importancia y que sea de interés para nuestro público porque es finalmente su comportamiento o hábito el que nos propondremos cambiar.
Dicho esto, el marketing social no sólo es cuestión de plantear el tema, hacer una acción y listo, sino que requiere de paciencia porque hablamos de marcar un cambio en el pensamiento de varias personas y en casos como estos nada mejor que involucrarse y empezar por hacer lo que estamos proponiendo a los demás, pues así los demás se sentirán motivados a seguir con los pasos iniciados por la misma empresa.
Creación del contenido
Como toda campaña que apunta al éxito, esta debe dar lo mejor y llamar la atención de los consumidores, por lo que se requiere de toda la creatividad posible durante todo el proceso para alcanzar los objetivos propuestos. Es esencial salir de la rutina y de lo que ponen en práctica otras marcas, darle un valor agregado, un toque de originalidad y exclusividad a una acción nunca estará de más a los ojos de la sociedad que será beneficiada y en especial, de los que aportarán para que esto sea posible.
Una acción clásica pero que no deja de pasar de moda es la donación de una parte de las ganancias, así como lo hizo McDonald`s con su campaña McDía Feliz realizada en Latinoamerica, en la que se elegía un día determinado del año para donar todos los ingresos por la venta de Big Macs generados durante esas 24 horas.
Acciones de imagen de marca galardonadas
Incluso hay marcas que han llegado a participar y ganar uno de los galardones de los Cannes Lions, el festival de la creatividad, con sus campañas de marketing social. Tal es el caso de Volvo que ganó 3 leones con la campaña Airbag realizada de la mano de la agencia publicitaria Grey Mexico, que muestra la preocupación no sólo por la seguridad de sus conductores, sino también de los transeúntes, buscando reducir el impacto de los daños de las personas en los accidentes con sus bolsas de aire para ambos, conductor y el peatón.
Más allá de la creatividad, hay que tener mucho cuidado con el concepto principal creativo y en sí con toda la comunicación referente a la campaña. No hay que olvidar que, si bien vamos a realizar una acción positiva, hay muchos temas en los que será necesario tomar una posición y cuando esto ocurre siempre habrá dos bandos, los que estén a favor de lo dicho y otros, en contra, lo que puede afectar a la imagen de la marca si es que no hay una correcta comunicación que sea clara y no de dobles sentidos, ni que dé a entender algo que en realidad no se quería transmitir.