Hace unas semanas veíamos en todos los medios y redes sociales como SpaceX lanzaba su primera misión tripulada, que llegaba a la Estación Espacial Internacional 19 horas después del despegue. Esto ha reabierto la veda en cuanto a las posibilidades y los avances del turismo espacial.
No hace mucho muchos años de los primeros comentarios (serios) sobre la posibilidad futura de visitar la Luna de forma turística o de viajar al espacio en vuelos comerciales. ¿Cuánto de esto fue verdad? ¿Cuáles son los rumores actuales? ¿Cuáles son realistas y cómo está la situación del turismo espacial a día de hoy?
¿Qué ha pasado desde 2019 con el turismo espacial?
A mediados de 2019 la NASA comunicó que cabía la posibilidad de que la EEI (Estación Espacial Internacional) se abriera con fines comerciales turísticos en un futuro próximo. La EEI es el único lugar exterior al planeta Tierra donde habitan seres humanos.
Durante décadas “The National Aeronautics and Space Administration” (NASA) ha negado la posibilidad futura por su parte de vender viajes espaciales con fines comerciales. En 2019, lo que la NASA planteó no fue realmente un cambio en su estrategia. Lo que propusieron fue la posibilidad de que empresas externas sean las que gestionen dichos viajes. Es decir, la NASA cobra una elevada cantidad de dinero (cerca de 40.000€ por noche) a dichas empresas externas por una plaza en la Estación Espacial.
Posteriormente estas empresas son las encargadas de gestionar los viajes, que se venden al público a precios escandalosos dejando importantes beneficios. La primera empresa en adentrarse en la gestión de estos vuelos comerciales fue Bigelow Aerospace.
Llegada la hora de la verdad, estos vuelos, gestionados en 2019 y programados para 2020, se han hecho realidad a pesar de todos los disturbios producidos por el Covid-19, aunque con varias diferencias a lo planeado inicialmente. El pasado 30 de mayo SpaceX junto a la NASA envió a la Estación Espacial el primer vuelo tripulado privado.
La misión se ha denominado Demo-2 y busca estudiar la capacidad de SpaceX para llevar a cabo dichos viajes comerciales de los que hablábamos. Se trata de un vuelo “prueba” para una misión que tendrá una duración de alrededor de 10 semanas en la EEI.
¿Qué otras opciones se plantean para viajar al espacio?
SpaceX tiene más planes futuros. Para 2023 planea enviar turistas a la Luna en el denominado «Big Fucking Rocket». Yusaku Maezawa, un millonario de nacionalidad japonesa, compró ya en su momento las dos primeras plazas para cuando este viaje se produzca. Aunque ningún precio ha salido a la luz, sí que se comentó que con ellos debían suplir los costes derivados del desarrollo del cohete, que se han estimado en más de 5.000 M de dólares americanos.
También hay alguna otra posibilidad un poco más realista. La opción más “asequible” son los vuelos suborbitales, que permiten registrar con la vista la forma de esferoide de la tierra. El precio ronda los 15.000€ por aproximadamente una hora de vuelo a 20.000 metros de altura.
Visto lo visto, lo que está claro es que ese turismo espacial tan perseguido está cada vez más cerca, aunque no al alcance de todo el mundo. Todo apunta a que los vuelos turísticos a la Estación Espacial se producirán más pronto de lo esperado y no nos cerramos a la posibilidad de ver gente en la luna de nuevo de aquí a 3 años. La entrada de las empresas privadas con grandes inversiones y capacidades, contando además con el apoyo de la NASA, abren el sector aeroespacial a un sin fin de oportunidades más allá de la física y la ingeniería para viajar al espacio.
Graduado en Ingeniería de Minas por la Universidad de Oviedo y especializado en Marketing y Gestión Comercial por EAE Business School y la Universidad Rey Juan Carlos.