A diferencia de la publicidad tradicional, que se centra en el producto, el inbound marketing se centra el cliente ofreciéndole algo de valor, en lugar de simplemente intentar venderle un producto o servicio desde el primer momento. El inbound marketing crea un proceso de atracción natural, donde los usuarios encuentran tu contenido de manera orgánica como blogs, redes sociales, vídeos, infografías y, en general, cualquier tipo de material que ofrezca soluciones a las necesidades o problemas que tienen los usuarios.
De esta manera, se construye una relación más cercana y de confianza con los clientes potenciales (también llamados leads), tu reputación como marca mejora y, cuando un cliente necesita el producto o servicio que tú ofreces, ya te has posicionado en su cabeza como la mejor opción para ayudarle. La teoría suena bien, pero ¿cómo se hace esto en la práctica? Lo más fácil y efectivo es contratar los servicios profesionales de inbound marketing de una agencia digital especializada, como por ejemplo Bloomedia. Hoy, sus expertos nos explican cómo las diferentes fases del inbound marketing contribuyen a la captación de leads que se terminan convirtiendo en clientes, ayudando así a que tu negocio crezca.
La atracción: la primera fase del inbound marketing
Para que el inbound marketing funcione, es esencial que conozcas bien a tu público objetivo. Para ello, se crea lo que se conoce como los buyer – persona, representaciones semi-ficticias de tus clientes ideales, que te ayudarán a entender mejor qué buscan, cuáles son sus preocupaciones y cómo puedes ayudarles. Cuando tienes claro a quién te diriges, puedes adaptar tu contenido para que hable directamente a ellos.
Una vez que tienes claro a quién te diriges, tienes que captar la atención de tu público objetivo y hacer que lleguen a tu página web de forma orgánica creando contenido de calidad que sea relevante. Pero no basta con subir post a las redes ni escribir artículos al tún-tún en un blog: tienes que ofrecer algo que de verdad responda a las necesidades del usuario.
Además, debes asegurarte de que tu contenido está bien optimizado a nivel SEO para los motores de búsqueda, porque esto te ayudará a aparecer en las primeras posiciones de Google cuando los usuarios busquen información relacionada con lo que ofreces. Cuanto más visible seas, más fácil será que los usuarios lleguen a ti sin necesidad de empujarles con anuncios.
Visitantes que se convierten en leads
El objetivo de esta fase del inbound marketing es conseguir que los usuarios a los que has logrado atraer con tu contenido dejen sus datos de contacto, como el correo electrónico, para que puedas seguir enviándoles contenido relevante que les invite a terminar comprando tus productos o servicios.
Para lograr esto, es necesario ofrecer algo a cambio (ya que no todos los usuarios están dispuestos a compartir sus datos sin más): eBooks, guías, webinars, o cualquier otro tipo de contenido exclusivo que sea de gran valor para tu audiencia. Así, además de captar sus datos, demuestras que realmente estás interesado en ofrecerles algo útil.
Es importante que todo este proceso sea lo menos invasivo posible. El inbound marketing se basa en crear una relación de confianza, por lo que no es recomendable presionar al usuario para que deje sus datos. Debes ofrecer algo tan valioso que sea el propio usuario el que quiera acceder a ello.
Leads que se convierten clientes
Una vez que has conseguido captar leads, el siguiente paso es cerrar la venta. Para lograr este objetivo, es importante continuar ofreciendo contenido relevante y útil, que ayude al usuario a tomar una decisión de compra. Esto puede incluir testimonios de otros clientes, demostraciones de productos o servicios, períodos de prueba, o cualquier otra información que les ayude a entender por qué tu oferta es la mejor opción.
El seguimiento automatizado, a través de herramientas como el email marketing, también juega un papel crucial en esta etapa. Al proporcionar a tus leads con contenido adaptado a su etapa en el proceso de compra, aumentas las posibilidades de que finalmente tomen la decisión de convertirse en clientes.
Fidelizar y generar recomendaciones, el último paso
El inbound marketing no termina cuando el usuario se convierte en cliente. De hecho, una de las fases más importantes de esta estrategia es asegurarse de que los clientes estén tan satisfechos con tu producto o servicio que quieran seguir siendo clientes y, además, recomienden tu marca a otros.
La fidelización es clave para cualquier negocio que quiera crecer a largo plazo. Un cliente satisfecho no solo volverá a comprar, sino que también se convertirá en un embajador de tu marca, atrayendo a nuevos clientes a través del boca a boca o las recomendaciones en redes sociales. El inbound marketing, al centrarse en crear una experiencia positiva desde el primer contacto, facilita este proceso.
Ofrecer un excelente servicio de atención al cliente, seguir nutriendo a los usuarios con contenido valioso incluso después de la compra y mantener una comunicación cercana y personal son estrategias clave para lograr que los clientes actuales se mantengan leales a tu marca y te ayuden a atraer nuevos.