Alejandro Perona Noya es redactor en Movistar+. Después de licenciarse en el Grado de Estudios Ingleses por la Universidad Autónoma de Madrid y de cursar el Máster en Periodismo Deportivo por la Universidad Camilo José Cela, comenzó su carrera como periodista deportivo en Canal+.
En estos ocho años, ha realizado labores de redactor, editor en los programas de baloncesto de la plataforma: Eurofighters, Clubbers, Generación NBA, programas que resultaron premiados por la revista Gigantes como “mejor programa de baloncesto nacional”.
También formó parte, durante tres temporadas, de uno de los programas más reconocidos en el mundo del fútbol, ‘El Día Después’, dónde realizó labores de reportero. Tarea que ha compaginado con su papel de presentador en el programa de NBA, ‘Generación NBA’ y en los informativos de Movistar +, ‘Noticias Vamos’, dónde, cómo experto, analiza lo que sucede cada jornada en la Liga Endesa, Euroliga y NBA.
Actualmente, compagina estas labores con la edición de documentales inside como la tercera y la cuarta temporada de ‘El día menos pensado’ para las plataformas de Movistar+ y Netflix.
«El baloncesto fue la vía de escape a la frustración que me producía el fútbol»
Usted es actualmente Redactor en Movistar+ ,¿cómo llegó?
Después de estudiar el Grado de Estudios Ingleses, la versión ‘moderna’ de la ya extinta Filología Inglesa, tenía muy claro que quería vincular mi vida laboral al deporte. Por eso decidí realizar el Máster de Periodismo Deportivo de la UCJC. Sabía que no partía con las mismas posibilidades que el resto de compañeros que venían de realizar sus estudios en Periodismo o en carreras enfocadas a labores en el sector audiovisual.
He de decir que los primeros días fueron bastante ‘duros’ porque no estaba familiarizado con algunos términos. Jamás se me pasó por la cabeza abandonar, aunque si es cierto que al principio el resto de compañeros me llevaban bastante ventaja, cómo es lógico. Contábamos con profesores que eran referencia en Movistar+ (Canal+ por entonces) y yo creo que todos estábamos como locos porque vieran nuestra valía para poder entrar a realizar las prácticas.
Al finalizar el Máster, recibí la llamada de Belén Ruiz Castellanos, jefa de Canal+ Deportes para empezar las prácticas. No os voy a engañar, todo el esfuerzo que había realizado para conseguirlo había dado sus frutos y cumplía el sueño de entrar en la que para mí, era la mejor redacción de deportes. Encima lo hacía en el programa en el que siempre había soñado trabajar, ‘Generación NBA’. Yo lo veía como el mayor éxito, sin saber todo lo que llegaría después.
Normalmente se dedica al ámbito deportivo, ha pasado por “El día después” y ahora es experto en Baloncesto cubriendo la NBA, la Euroliga y la Liga Endesa. ¿Por qué el deporte? ¿Cómo acabó en el baloncesto?
Es una historia muy larga. Empecé a jugar al fútbol con 5 años en la U.D San Sebastián de los Reyes. Con 16 años pude entrenar con el primer equipo, que por entonces era uno de los 6-7 mejores equipos en su grupo de Segunda División B. La verdad, en ese momento, ser futbolista era algo que me apasionaba y no veía como una posibilidad lejana, poder dedicarme a ello de manera profesional.
Con 17 años fiché por la A.D. Alcobendas, para jugar en la categoría de Juvenil Nacional, sin saber que conseguiríamos ser campeones de liga y ascender a la División de Honor. Es la máxima categoría del fútbol en edad juvenil. Fue un año increíble, viajábamos por España para hacer lo que más nos gustaba. No todo el mundo tiene la suerte de poder jugar en División de Honor.
Pero aunque fue un año increíble, también te das cuenta de que tienes que empezar a renunciar a algunas cosas para poder, por lo menos, luchar por el sueño de ser futbolista. Es paradójico que cuanto más ‘profesional’ se volvía mi carrera en el fútbol, sentía más atracción por otro deporte: el baloncesto. Y sobre todo, la NBA. Con 10 años ya empecé a ver partidos de NBA, sobre todo, reposiciones en diferido de los Angeles Lakers, auqnue he de decir que veía con mucho gusto cualquier partido. Ver partidos de NBA me hacía olvidar cualquier presión que pudiera tener jugando al fútbol. Y se convirtió no solo en una vía de escape, sino en una forma de vida que se ha terminado convirtiendo en mi trabajo.
¿Por qué el baloncesto? Porque fue la vía de escape de cualquier frustración que me producía el fútbol. Puedo decir que, incluso jugando al fútbol, llegué a odiarlo con todas mis fuerzas, hasta el punto de dejar de verlo por la tv. Todo el show que montaba la NBA para un partido normal de liga regular era algo que jamás había visto. Además, en esa época Kobe Bryant empezaba a ser una estrella, LeBron James no tardaría en llegar. Y aquí en Europa, la Liga Endesa y la Euroliga empezaban a verse más. Todos esos factores, hicieron que me acercara al baloncesto, que viera casi 20 partidos a la semana y que poco a poco se fuera convirtiendo en una forma de vida.
«Lo importante es el espectáculo, el deporte en sí»
¿Cuáles son las claves de comunicar en deporte respecto otros sectores?
Yo creo que, como en todo, ser natural y cercano a la audiencia es la clave. Incluso te diría que puedes mostrar una versión más ‘canalla’ y más cercana porque el deporte tiene la capacidad de crear vínculos de forma instantánea. Hacerles ver que ellos pueden ser participes de todo. Que sea una comunicación bidireccional en la que la gente pueda interactuar con nosotros. Que sientan esa atmósfera tan especial que rodea a las competiciones deportivas. Por ejemplo la NBA es un deporte que en España, por horario, es muy difícil de seguir.
Pero tiene esa parte de espectáculo que llama la atención de todo el mundo. Y eso es lo que hay que potenciar y hacerle ver al espectador. Lo importante es el espectáculo, el deporte en sí. Pero también, que ellos puedan ver que con un simple tweet, pueden ser parte de este mundo. Creo que en Movistar+ siempre se ha dado prioridad a esto, por encima de la figura del comunicador y creo que es la clave de todo.
Comunicación deportiva. ¿Ciencia o creatividad?
Creo que es una mezcla de ambas pero, por experiencia propia, creo que la creatividad juega un papel muy importante. Yo no tenía los conocimientos que tenían otros compañeros pero eso no me ha impedido realizar labores de presentador o colaborador. Muchas veces, salirte de la ciencia te lleva a explorar vías más creativas.
Vías que pueden resultar más atractivas para el espectador. Al final en una televisión de pago tienes que salirte de la norma, tienes que ser consciente de que el espectador paga por verte y que quedarse en la ‘ciencia’ puede ser insuficiente. Te ves en la obligación de ofrecer siempre algo distinto a lo que puedan ofrecer cadenas que no son de pago. Que todo sea distinto. Por eso creo que la creatividad juega un papel importante.
A su lado ha trabajo y trabaja con profesionales de la talla de Iñaki Cano o Antoni Daimiel. ¿Cómo es trabajar con ellos? ¿Qué destacaría de ellos?
Trabajar con ellos es un sueño. Antoni Daimiel es el mejor periodista deportivo del país y yo creo qye todo el mundo querría trabajar con él. Al final yo veía los programas en los que ahora trabajo por él. Es cierto que al principio me daba vergüenza e incluso tenía cierto ‘miedo’ porque es alguien al que admiras y siempre tienes esa cosa por dentro de no querer decepcionar. Al final he visto a Antoni Daimiel más que a algunos familiares o amigos, aunque sea a través de la tv.
De Antoni y de Iñaki destacaría lo cercanos que son. Eran dos referentes pero ahora son amigos. De hecho, fue Antoni Daimiel el primero en apostar por mí para mepzar a aparecer en ‘Generación NBA’. Yo solo tengoo palabras de admiración hacia él, no por haberme dado la oportunidad, sino por ver la forma en la que trata a todos los miembros del equipo. Con tanta cercanía. Desde el primer momento te ponen las cosas muy fáciles, intentan ayudarte con todo y eso cuando eres un becario que acaba de aterrizar se agradece mucho.
Y en el caso de Iñaki Cano, pues es una persona que siempre está dispuesto a darte algún consejo, cualquier ayuda que te haga mejorar. Y eso, por desgracia, no sueles encontrarlo mucho, no solo en la televisión, sino fuera de ella.
«No soy muy partidario de mezclar corazón y deporte»
Desde su punto de vista, tanto el marketing como la comunicación en el mundo del deporte cada vez se desvirtualiza más hacia temas amarillos o del corazón. Internamente, ¿cuál es su visión?
Yo no soy muy partidario de mezclar corazón y deporte y menos en programas que se suponen que son deportivos. Pero ya no es solo que se mezclen temas amarillos, son las continuas faltas de respeto a los deportistas. Está claro que todos tenemos una opinión, pero debe mantenerse siempre dentro del respeto.
Creo que no todo vale a la hora de hacerte un hueco en el mundo de la televisión. Y esto también atañe al tratamiento de la información. Es inconcebible informar sin contrastar, pero vivimos en un mundo en el que prima la inmediatez por encima de la veracidad y eso es lo que poco a poco acaba desvirtuando el periodismo deportivo.
Dicho esto, cualquiera es libre de hacer un programa a su manera, es respetable y si hay gente que lo consume es porque consiguen una formula que gusta y que entretiene.
¿Cuál fue su primera entrevista? ¿Cuál fue la que más ilusión le hizo realizar?
Mi primera entrevista fue a Clevin Hannah, en el 2014, por entonces base de Bilbao Basket. Iba bastante nervioso, pero salió todo bien. Él fue muy amable y juraría que fue de sus primeras entrevistas en España. No sé muy bien quién estaba más nervioso de los dos, pero es cierto que fue super amable. Y hoy en día lo sigue siendo.
He podido hacer muchas pero quizá me quede con la que le hice a Dylan Ennis hace dos temporadas. Su historia es una pasada e invito a todos los lectores a que la busquen en el perfil de twitter de Movistar Basket. Es muy difícil conseguir que un jugador profesional se habrá a contar temas de su infancia, de su vida y el lo hizo ese día. Estábamos ‘saliendo’ de la pandemia y su historia pudo servir a más de uno para ver lo que realmente tiene valor en la vida.
¿Cuál le marcó más? ¿Cuál fue la más difícil de conseguir?
Diría que una que pude realizar a Deandre Liggins. Te das cuenta de que en EEUU siguen pasando cosas inimaginables y de que hay mucha gente que, hoy en día, sigue pasando por cosas que no deberían pasar. Historias que lejos de apartarles de sus sueños, les motivan a seguir luchando. Yo pensaba que, hasta la fecha, iba a ser la más difícil pero fue todo lo contrario, fue muy fácil. El jugador quería contar su historia y así fue.
«Lo peor de la TV: puede ser una fábrica de generar monstruos»
¿Qué es lo mejor y peor de trabajar en televisión?
En mi caso, no es tanto el hecho de trabajar en televisión, es más el conseguir todo lo que me había propuesto desde pequeño. Si tuviera que decir lo mejor, es que tienes la oportunidad de contarle a la gente lo que sucede. Ver que la gente está a gusto con las cosas que cuentas, con cómo lo cuentas, que incluso llegan a interactuar contigo, a proponerte cosas por redes sociales que pueden ser útiles. Y sobre todo el cariño que sientes a veces de gente que ni conoces pero que valoran tu trabajo.
Lo peor, es que puede ser una fábrica de generar monstruos. Hay mucha gente que cambia, que empieza a creerse por encima de todo y que se olvida que lo bonito de esto es poder llegar a la gente. Es cierto que gestionar el éxito puede ser difícil, que a veces el ego pueden convertir a personas normales en personajes. Yo creo que, como todo en la vida, no hay que olvidar una de dónde vienes y sobre todo debes recordar quién eres y todo lo que has luchado por llegar hasta ahí. Si tienes claros esos tres puntos, trabajar en la televisión seguirá siendo un sueño.
¿Le gustaría trabajar también radio? ¿Por qué?
Es cierto que más de una vez he colaborado en tertulias de radio hablando de baloncesto y no te voy a negar, la radio tiene algo, no sabría decir el qué, pero tiene algo que atrapa mucho. Es una sensación más intima que la televisión. A día de hoy, me encantaría trabajar en la radio, al final, la radio te puede acompañar a cualquier parte del mundo y creo que, quizás, eso la hace tan especial.
Si tuviera que dar un titular para el mundo del baloncesto español para 2023. ¿Cuál sería?
“Ricky Rubio, campeón de la NBA”. Se lo merece. Por todo lo que ha luchado. Pero sobre todo, por todo lo que hace fuera de la cancha.
Yo soy muy de LeBron y de los Lakers, pero tiene pinta de que este año tampoco será el nuestro. Creo que estamos ante una de las temporadas más igualadas de la NBA moderna. Hay michos equipos que podrían ser campeones y eso te deja un panorama muy atractivo para el espectador. Me gustaría que Ricky y Cleveland pudieran ser campeones pero, hoy por hoy, si tuviera que apostar por un equipo favorito serían los Boston Celtics en una final contra Denver Nuggets.