En el vertiginoso mundo empresarial, la rentabilidad es un objetivo que todo líder busca alcanzar en el camino, ya que impacta directamente en la viabilidad y el éxito a largo plazo. Pero ¿cómo lograrla en un mercado competitivo y en constante evolución? Antes de desarrollar los interrogantes, se debe considerar que en Argentina el factor socio económico es un ítem para ubicarlo en la estructura de cualquier plan de marketing como una variable en constante movimiento, y esto implica tener la cintura de adaptar las decisiones y las acciones.
Pero volviendo, entendiendo que la rentabilidad se refiere a la capacidad del negocio para generar ingresos y ganancias consistentes después de cubrir costos operativos e inversiones, comenzamos a desandar el planteo con el que se inicia este texto, afirmando que tener un plan de marketing definido, acorde al tipo de producto o servicio que se quiera llevar adelante, es tan importante como lograr ganancias. Este plan marcará las acciones que se irán ejecutando en pos de alcanzar el objetivo final.
Desde mi experiencia en el ámbito de la seguridad de las personas, la sinergia entre áreas como tecnología e innovación, operaciones y atención al cliente, etc., es clave para entender la macro del negocio y delinear, así, un plan de marketing correcto, teniendo en cuenta:
- Claridad en la visión: Todo negocio rentable comienza con un propósito. Es fundamental definir los objetivos a largo plazo y establecer un plan estratégico que guíe todas las acciones. La claridad en la visión proporciona el rumbo necesario para tomar decisiones acertadas en cada etapa del camino.
- Conocimiento del mercado: Entender a fondo el mercado en el que operamos es esencial para identificar oportunidades, anticipar tendencias y satisfacer las necesidades del cliente.
- Innovación constante: Es el motor que impulsa la rentabilidad a largo plazo. Estar siempre atentos a nuevas ideas, tecnologías y metodologías nos permite diferenciarnos. La capacidad de adaptación y la disposición para reinventarnos son cualidades indispensables.
- Eficiencia operativa: Optimizar los procesos internos y maximizar los recursos disponibles son piedras angulares de la rentabilidad. La gestión eficiente del tiempo, el personal y los activos, nos permite reducir costos, aumentar la productividad y mejorar la calidad de nuestros productos o servicios.
- Enfoque centrado en el cliente: El consumidor es el pilar fundamental de cualquier negocio. Escuchar activamente sus necesidades, resolver sus problemas y superar sus expectativas son estrategias clave para construir relaciones sólidas y duraderas. La fidelización del cliente no solo aumenta los ingresos, sino que también promueve el boca a boca positivo y fortalece la reputación de la marca.
- Medición y análisis: La rentabilidad no es un destino, sino un viaje continuo de mejora y crecimiento. La implementación de métricas de rendimiento, el seguimiento de indicadores clave de desempeño y el análisis regular de resultados nos brindan información valiosa para tomar decisiones informadas y ajustar nuestra estrategia en tiempo real.
Hacer rentable un negocio no es tarea fácil, pero tampoco es imposible. Requiere visión, dedicación, flexibilidad y un compromiso inquebrantable. Al adoptar un enfoque holístico que integre estrategia, operaciones eficientes y un servicio excepcional al cliente, se pueden construir empresas sólidas, rentables y sostenibles en el tiempo.
Tribuna de opinión escrita por Juan Ignacio Vidal, director de Marketing en Verisure Argentina